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martes, 20 de febrero de 2018

Tinkunaco 0346/18 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA


Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • Anarquismo y Reformas - Errico Malatesta
  • Terrorismo de Estado
  • [Documental] La poderosa agricultura europea
  • [Cómic] Los sermones doctrinales del Pater Zipote: el Ateísmo
  • Jornal MAPA (#19) de Portugal
Posted: 19 Feb 2018 11:03 AM PST
Una breve reseña de nuestro primer número en el periódico comunista con base en Nápoles, Prometeo, trata principalmente de un artículo de Merlino*, y el reseñante reflexiona sobre la incomprensión básica de quienes afirman saberlo todo y que nunca se equivocan. Dice, ‘Aunque la definición parezca extraña, existe sin dudas una categoría de anarquista reformista’.
Claramente Prometeo cree haber hecho un descubrimiento.
A pesar de lo implacentero de la palabra, que ha sido abusada y desacreditada por los políticos, el anarquismo siempre ha sido y nunca podría ser otra cosa que reformista. Preferimos usar la palabra reformador para evitar toda confusión posible con quienes oficialmente se les clasifica de ‘reformista’y que luchan por mejorías pequeñas y con frecuencia ilusorias para hacer que el régimen sea más aceptable, ayudando por lo tanto a reforzarlo; o quienes, de buena fe, buscan eliminar los males sociales mientras reconocen y respetan (en la práctica y si es que no en la teoría) las instituciones políticas y sociales mismas que han dado pie y alimentan aquellos males.
La revolución, en el sentido histórico de la palabra, significa la reforma radical de las instituciones, ejecutada raudamente por medio de la insurrección violenta del pueblo contra el arraigado poder y privilegio.
Y somos revolucionarios e insurreccionarios porque queremos no solamente mejorar las instituciones que existen ahora, sino destruirlas completamente, abolir todas y cada una de las formas de poder del humano sobre el humano y todo parasitismo, de todo tipo, sobre el trabajo humano. Porque, también, queremos hacerlo tan rápido como sea posible y porque estamos convencidos de que las instituciones nacidas de la violencia se mantienen con la violencia y solo caerán si se les opone violencia suficiente.
Pero la revolución no puede ocurrir a pedido. ¿Debemos, entonces,  permanecer como espectadores pasivos, esperando que el momento correcto se presente. E incluso tras una insurrección exitosa, podremos realizar repentinamente todos nuestros deseos y que por algún milagro convirtamos el infierno del gobierno y el capitalismo en el cielo del comunismo libertario — esto es, la libertad completa del individuo en solidaridad de intereses con otros?
Estas son ilusiones que echan raíz en suelo autoritario; pues los autoritarios ven a las masas del pueblo como materia prima a ser manipulada hacia el molde que sea que ellos quieran a través del ejercicio del poder por decreto, por la pistola y las esposas.
Pero aquellas no son ilusiones anarquistas. Necesitamos del consentimiento del pueblo y debemos por lo tanto persuadir por medio de la propaganda y el ejemplo. Debemos educar y buscar cambiar el ambiente de tal modo que la educación sea accesible para un número siempre creciente de personas.
Todo, tanto en la historia como en la naturaleza, ocurre gradualmente. Cuando una represa revienta (es decir, muy rápido, aunque siempre bajo la influencia del tiempo) es porque o bien la presión del agua ha crecido demasiado para que la represa siga conteniendo o por la desintegración gradual de las moléculas del material del que está hecho la represa. De igual modo, las revoluciones estallan bajo la creciente presión de aquellas fuerzas que buscan el cambio social y ese punto se alcanza cuando el gobierno existente puede ser derrocado y cuando, por procesos de presión interna las fuerzas del conservadurismo se debilitan progresivamente.
Somos reformadores hoy en tanto buscamos crear las condiciones más favorables y el mayor número posible de personas responsables y conscientes necesario para desencadenar una insurrección popular exitosa.
Hemos de ser reformadores mañana, cuando la insurrección haya triunfado y la libertad se haya obtenido, en tanto hemos de buscar, por todos los medios que la libertad disponga — por la propaganda, el ejemplo y la resistencia — incluyendo la resistencia violenta contra quienes destruirían nuestra libertad — ganarnos a un número siempre creciente de personas hacia nuestras ideas.
Pero nunca hemos de reconocer — y aquí es donde nuestro ‘reformismo’ difiere de aquel tipo de ‘revolucionismo’ que termina sumergido en las urnas de votación de Mussolini o de otros de su especie — nunca hemos de reconocer las instituciones [existentes]. Hemos de llevar a cabo todas las reformas posibles en el espíritu en el que un ejército avanza siempre arrebatando en su camino el territorio ocupado por el enemigo. Y siempre hemos de permanecer hostiles a todo gobierno — ya sea monarquista como el de hoy o republicano o bolchevique, como el de mañana.
Errico Malatesta
Marzo de 1924
* Saverio Merlino (1858-1930), anarquista italiano y contemporáneo de Malatesta. Siguieron siendo amigos hasta la muerte de Merlino en 1930 a pesar del hecho de que había dejado de llamarse anarquista muchos años antes y se convirtió en una especie de social demócrata que, de acuerdo a Malatesta en el obituario de su amigo, ‘en sus intenciones y esperanzas, buscó reunir a todos los partidos y grupos de avanzada’ — incluyendo a los anarquistas — aunque se declaró en favor de las elecciones parlamentarias y, de acuerdo a Malatesta, ‘se unió a la sección Napolitana del Partido Socialista’.
Traducción al castellano y fuente: @rebeldealegre

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Posted: 19 Feb 2018 10:54 AM PST
El día 5 de febrero de 2016, dos titiriteros integrantes de la compañía Títeres desde Abajo fueron acusados de "enaltecimiento del terrorismo" por el contenido de su obra de marionetas La Bruja y Don Cristóbal, que estaban representando en Madrid con motivo de las fiestas de Carnaval. Debido a ello, fueron injustamente encarcelados en un claro abuso de autoridad judicial. La acusación partió de algunos padres y determinados grupos de opinión que se sintieron ultrajados por el supuesto mensaje subversivo de la obra.
Para los más intransigentes existían responsabilidades civiles y penales que juzgar; en cambio, otros más conciliadores y tolerantes adujeron que quizás no resultó oportuno el lugar ni el momento donde se representó la obra. Admito que quizás pudo haber un error, nunca un delito. Estamos hablando de un teatro de marionetas, que si no te gusta te vas. Sin más. Yo también aborrezco las procesiones y, simplemente, no asisto. Me mantengo lejos de ellas. Además, esos niños desamparados tendrán padres, tutores, alguien que los cuide y los proteja de la perniciosa visión de una agitadora obra de títeres.
Se llevaron las manos a la cabeza y pusieron el grito en el cielo, demandando justicia y castigo, los mismos que consienten y alientan en gran medida un espectáculo mucho más dañino mental y espiritualmente, tanto para niños como para adultos: La televisión, un engendro magnífico, un invento maravilloso, que se convierte en basura para vender, consumir y entontecer al personal. Y nadie dice nada al respecto, ni se queja del posible perjuicio que pueda ocasionar en la infancia.
En fin, no entraremos ahora a valorar eso. Lo más urgente, lo más inmediato es aclarar por qué fueron encarcelados. Debemos reflexionar sobre un hecho que se ha venido repitiendo con demasiada frecuencia en un país que se declara democrático. Es un asunto que nos incumbe a todos.
Yo creo que fueron el chivo expiatorio de un montaje gubernamental que, bajo la pretensión encubierta del respeto a la legalidad vigente, intentó dar un escarmiento ejemplar a los que se oponen al Gobierno y critican la democracia en que vivimos. Por muchas razones. La principal, porque se trató a todas luces de una medida injusta, arbitraria y desproporcionada, como muchos juristas -y el propio sentido común dicta- han indicado; segundo, porque supone un agravio comparativo en relación a otros "presuntos criminales" que andan sueltos por la calle por delitos socialmente mucho más graves; y tercero y último, porque terrorismo no es lo que estos dos titiriteros cometieron. Por el contrario, terrorismo es lo que se hizo precisamente con ellos. Si nos atenemos al significado original del término, que proviene del siglo XVIII, terrorismo es la violencia ejercida por el poder del Gobierno contra el pueblo.
La palabra terrorismo -así como terrorista y aterrorizar -, proviene del latín terror, sinónimo del griego Deimos. En la Antigua Grecia, Ares, el dios de la Guerra, tenía dos hijos: Phobos (Miedo) y Deimos (Terror). Se empleó por primera vez durante la Revolución francesa, cuando el gobierno jacobino de Robespierre instauró un régimen de Terror para intimidar a los enemigos del levantamiento revolucionario, ejecutando en la guillotina o encarcelando a sus opositores sin respetar ninguna clase de derechos. De ahí que durante buena parte del siglo XIX, el término fuera aplicado a las autoridades públicas del Estado cuando aterrorizaban a la población mediante el uso de la violencia y la amenaza.
La primera vez que el terrorismo cambió de sentido y fue empleado en dirección contraria, es decir, como arma política ciudadana contra las autoridades, fue en Rusia durante la segunda mitad del siglo XIX, por parte de algunos grupos revolucionarios contrarios al régimen zarista, realizando atentados violentos contra los representantes del poder. Asesinaron al despótico zar Alejandro II y a varios ministros y generales especialmente brutales con el pueblo. Pero el sentido actual del término fue acuñado por la propaganda nazi para referirse a los movimientos de resistencia de los países ocupados por el ejército alemán -los nazis llamaban terroristas a los judíos que se rebelaron en el gueto de Varsovia-, para luego irse consolidando en las décadas posteriores. En Sudáfrica se consideraba terroristas a los negros que recurrían a la lucha armada contra la dictadura del apartheid. Y los franceses tildaron del mismo modo a los argelinos que luchaban por su independencia.
El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra terrorismo como la actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos. Y recogiendo la esencia de este significado, así lo tipifica como delito el actual Código Penal español de 1995 en su artículo 573.
Con el tiempo, el término fue evolucionando hasta venir a significar lo opuesto, es decir, ya no es la violencia ejercida por el poder contra el pueblo, sino la violencia de ciertos grupos o individuos rebeldes contra el poder establecido. Este último significado es el que ha perdurado hasta nuestros días. Y de esta manera ha quedado definido en la denominada guerra contra el terrorismo, asunto que en la actualidad constituye un punto fundamental para los gobiernos de los países occidentales.
Un giro sutil y profundo a la par que tiene fuertes connotaciones políticas si lo analizamos bien, además de suponer un claro ejemplo de cómo el lenguaje puede determinar nuestros pensamientos. Porque dentro de la clasificación de rebeldes caben muchas cosas y, según quien juzgue, existen diferentes tipos de opositores. Es difícil trazar la línea divisoria entre terrorismo y resistencia, ya que existen estrechas relaciones entre el terrorismo ciudadano y el terrorismo de Estado, siendo aquél, muchas veces, la justificación de éste. En ambos casos se ejerce la violencia de forma indiscriminada, pero en direcciones y con sentidos totalmente opuestos. Y aunque la violencia siempre es mala -lo es por definición-, en unos casos, como respuesta de los particulares a los abusos de poder del Estado, está más que justificada y es hasta necesaria, en cambio, cuando las autoridades del Gobierno la emplean contra la población indefensa, entonces es totalmente reprobable e inadmisible, y se convierte en un imperativo moral luchar contra quien la ejerce, sea este el que sea y tenga el color que tenga.
No obstante, propongo regresar otra vez a los orígenes y llamar a las cosas por su nombre. Terrorismo es toda violencia que el Estado -encarnado en políticos, funcionarios y otros cargos públicos- ejerce sobre la población civil.
Ahora bien, si preguntamos a los españoles cuál es el principal problema del país, qué es lo que más les preocupa, sin duda una gran parte respondería que la crisis, y por extensión, sus causas: corrupción política y empresarial, y sus efectos sobre la sociedad: paro, empleo precario, recortes sociales…Una crisis que, a estas alturas, todos sabemos que no fue provocada por el excesivo gasto social, como nos han vendido, sino que fue desencadenada por el afán especulativo de los bancos, en connivencia con una clase política estrechamente ligada al sector empresarial. Es decir, el mayor problema de este país son sus dirigentes políticos, corruptos e inútiles en demasiados casos. Estos políticos profesionales no sólo han traicionado la confianza depositada en ellos, sino que además nos han robado la cartera. Ellos son los responsables directos de la actual situación de inestabilidad social y crisis económica en que vivimos. Por no mencionar la cuestión catalana, que ha caldeado los ánimos y nos mantiene a todos entretenidos con otro juego de malabares político, una maniobra que ha servido de cortina de humo con la que tapar los numerosos juicios y escándalos de corrupción, que ya no salpican, sino que bañan y ahogan a este esquilmado país nuestro.
Por eso cuando nos hablan de terrorismo, nosotros respondemos que terrorismo es dejar a la gente sin trabajo o privatizar empresas públicas para convertirlas en negocios privados; es desahuciar familias y recortar en sanidad y educación; es robar dinero de las arcas públicas, derrochando además a manos llenas en obras faraónicas, sin tino alguno, con la única intención de favorecer chanchullos; es que la juventud tenga que emigrar como en tiempos pasados, perdiendo la nación todo un gran potencial de vitalidad y conocimiento; terrorismo es todo el entramado de corrupción política y financiera que ha hundido este país, acarreando la ruina de miles de pequeñas empresas que han tenido que cerrar o despedir sus trabajadores a la calle; para nosotros, eso es terrorismo, y terroristas quienes cometen tales delitos. Nada que ver con un teatro de marionetas, por muy subversivo que sea su mensaje.
Los medios de comunicación, siguiendo con su habitual postura de lacayos del poder, dieron en su mayoría una cobertura mediática de la noticia exagerada y escasamente crítica, cebándose en los dos titiriteros como si hubieran cometido un crimen atroz. En el linchamiento público al que fueron sometidos estos dos artistas, han contribuido de manera destacada los políticos profesionales de turno, pidiendo sus cabezas con mayor insistencia que si hubieran robado a manos llenas del erario público. Protestan los mismos que promocionan y apoyan los toros, la deportación de ilegales, la represión sindical y obrera, el cierre estricto de fronteras, la venta de armas, los mismos que están relacionados con los recortes sociales, que según fuentes objetivas, han ocasionado miles de muertes, y protestan los mismos que nada hacen contra la corrupción generalizada que impera en nuestro país.
Pues bien, más allá de la conveniencia o no de la obra, del lugar y el público asistente, el encarcelamiento de los dos titiriteros supuso una grave lesión a uno de los derechos humanos más elementales: la libertad, tanto física como de expresión, y, desde luego, una medida completamente desmedida y abusiva, que induce a sospechar que la razón de fondo fue su ideología anarquista. Y según nuestra forma de entender la lucha social, una ofensa cometida contra uno de nosotros, es una ofensa a todos.
J. Caro
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad, Febrero de 2018

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Posted: 19 Feb 2018 10:47 AM PST
Este documental nos muestra la relación entre las subvenciones agrícolas europeas y la destrucción de la agricultura y la ganadería en países en desarrollo, que son presionados con la pérdida de los fondos de ayuda humanitaria en caso de reimplantar aranceles a la importación de los alimentos subvencionados de la Unión Europea.
Los países en desarrollo producen alimentos con un costo menor que los países europeos, sin embargo la Unión Europea precisa exportar los excedentes de una producción sustentada exclusivamente en subsidios y para eso quiebra las economías de los países subdesarrollados.
https://www.youtube.com/watch?v=dgXPrnzCTTg

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Posted: 19 Feb 2018 10:41 AM PST
Título: "Los sermones doctrinales del Pater Zipote: el Ateísmo".
Una nueva historieta visual realizada por el compañero Alfonso "El Seta" de El Seta Producciones.

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Posted: 18 Feb 2018 02:09 PM PST
O Mapa #19 já está nas ruas!
Enquanto decorre a campanha de crowdfunding no PPL – Crowdfunding Portugal, para apoiar o jornal MAPA, acaba de sair o seu nº 19 (fevereiro – abril 2018): Destaque à poluição do Tejo e à história do maior rio ibérico condenado por barragens, transvases e fábricas. Agitam-se as suas águas pela defesa de um território vivo, tal como junto à fronteira portuguesa, nos protestos contra uma mina de urânio, ou nos Pirenéus espanhóis nas okupações de aldeias. Histórias de resistência, como pelo direito à habitação, surgem nos moradores do bairro 6 de Maio na Amadora, ou noutra preocupante escala que enfrentam os curdos em Afrin. E, na sombra, a União Europeia determina a sua ajuda ao desenvolvimento por propósitos securitários, comerciais ou de gestão de migrações.
São algumas das histórias neste MAPA, que não esquece desde a vida de um motorista da Uber, algumas impressões da Catalunha, a memória a José Hipólito Santos e o uso da memória quando se fala da Luta Armada. Artigos e crónicas a que se soma falar do blockchain, da economia participativa, da economia solidária, da biotecnologia, das escolhas e das praticas românticas, das palavras sonoras de Ângela Polícia, ou lidas de Ursula Le Guin, entre outras, para ler neste novo MAPA. Recebe-o directamente e apoiando com uma assinatura!


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