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viernes, 13 de octubre de 2017

Tinkunaco 2.139/17 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • [Libro] El anarquismo, de Proudhon a Cohn-Bendit - Heleno Saña
  • La rebelión juvenil y la contracultura
  • [Bielorrusia] Anarquista ruso detenido entra en huelga de hambre
  • Algunas notas sobre el origen de las cárceles
  • 'La bala y la palabra', biografía de Francisco Ascaso
  • Acerca de tormentas y de brújulas
Posted: 12 Oct 2017 10:52 AM PDT
Los textos incluidos en este volumen fueron publicados en forma sucesiva en la revista ÍNDICE a lo largo del año 1968. Su aparición coincidió con las jornadas revolucionarias de mayo-junio en Francia y la ola insurreccional registrada en las universidades más importantes del mundo occidental. Muchas de las tesis y actitudes ideológicas y estratégicas analizadas en estas páginas coinciden con las consignas y métodos de acción empleados por la nueva vanguardia revolucionaria. Esto es válido sobre todo para el «Movimiento 22 de Marzo» y la SOS alemana. A través de la lectura de los textos aquí presentados, el lector podrá verificar fácilmente el cordón umbilical que une históricamente al anarquismo de Bakunin, Proudhon o Sorel con el antiautoritarismo de Daniel Cohn-Bendit y de Rudi Dutschke.
El propósito que nos guió al escribir estos trabajos fue esencialmente didáctico; nuestra intención era -y es- la de informar lo más objetivamente posible a las nuevas generaciones españolas sobre un tema de primordial importancia en la historia de nuestro país. Que nosotros sepamos, fue la primera vez que después de terminada la guerra civil era analizado en una publicación representativa un tema que hasta ahora había sido desterrado de nuestra prensa o tratado desde una óptica tendenciosa o superficial.
Este libro no está al servicio de ninguna ideología ni de ningún partido o grupo político militante. Es simplemente el testimonio de un intelectual que no participó en la guerra civil, que vive fuera de España desde hace diez años y que no tiene más ambición que la de cumplir con su deber informativo. Pero no es tampoco un libro neutral. Todo auténtico escritor no puede ser neutral, pues la neutralidad es a menudo una forma muy cómoda de rehuir la responsabilidad ante sí mismo y ante los demás. Este libro es antipartidista, pero toma partido. Y por eso mismo, sin quererlo, es necesariamente polémico. En él se defiende al anarquismo en lo que éste tiene de legítimo y recuperable para una configuración ideológica del futuro; se le ataca en todo aquello que el anarquismo conserva de catacumba, de utopía o de tremendismo.

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Posted: 12 Oct 2017 10:46 AM PDT
En la década de los 60, la juventud se rebeló en la mayoría de los países del mundo, pasando en varios lugares a la lucha callejera, a movilizaciones sociales o incorporándose a las guerrillas. No se ha vuelto a ver esa insurrección generalizada entre los jóvenes. Una serie de factores se conjuntaron para que esto fuera posible sólo en esta década.
En los años 50, en la música, surge el rock and roll, fusionando la música de los negros, el blues de los campos y barrios pobres, el soul y el góspel de las iglesias, el rhythm and blues, la música folk y country del campo, el hilbilly, el jazz, el swing, boogie woogie, etc. Todas estas músicas marginales o discriminadas, se van fusionando y logran la aceptación y difusión masiva, en la radio y en la televisión cuando cantantes blancos, como Elvis Presley y Bill Halley, cantan la música negra fomentando la unión y diversión entre blancos y negros. Esta integración racial, movida por la industria de los discos y el entretenimiento, iba detrás de la lucha de los negros por sus derechos civiles.
La señora negra Rosa Parks, tenía 42 años cuando se rebeló contra el chofer del autobús, y se negó a darle su lugar a un blanco y pasar atrás del autobús, a la sección de negros. Eso le costó la cárcel el 1 de diciembre de 1955. El pastor baptista Martin Luther King, un desconocido entonces, llevó una protesta a los autobuses públicos de Montgomery, y organizaron un boicot contra ellos por segregacionistas. Al dejar los negros de usar el transporte público, quebraron y llevaron su protesta a la Suprema Corte de Justicia demandando a Montgomery y Alabama por racistas y ganaron, quitando la segregación racial de los autobuses. Y siguieron luchando ya que el racismo era legal y socialmente muy fuerte.
La música del rock se diseminó por el mundo, fusionándose con otras músicas locales y despertando en los jóvenes un deseo de cambio en su vida pocas veces visto. Canalizaban en la música su frustración y desarrollaron diferentes modas como los beatniks, los hippies, en EE UU, los mods y los teddy boys, en Inglaterra, los blousons noirs en Francia, los provos de Holanda y los porros universitarios en México, que lo mismo bailaban rock and roll que danzón, mambo o cha-cha-chá.
A nivel mundial, The Beatles, The Doors, The Rolling Stones y varios grupos, le dieron un fuerte impulso al rock, creando una identidad juvenil a contracorriente del sistema, que atacaba las instituciones fundamentales de la sociedad: la familia, la escuela, el trabajo, el dinero y el Gobierno.
La contracultura juvenil desarrolló diferentes ataques y propuestas contra la moral social y el culto al dinero y el poder. Los jóvenes exaltaban la rebeldía contra la moral establecida, la libertad contra trabajos mediocres y alienantes; la paz, ya que morían muchos en Vietnam sin entender cómo promovían la democracia arrojando napalm y fósforo blanco contra mujeres y niños en las aldeas vietnamitas.
La contracultura juvenil propuso el regreso a la naturaleza con el vegetarianismo, el desnudismo, el campismo, la meditación, la práctica de filosofías orientales para encontrar un sentido de vida, el uso de drogas para crear estados alterados de conciencia para conocerse mejor o simplemente para divertirse, el amor libre sin ataduras matrimoniales, las comunas como alternativa a la familia tradicional, la revolución sexual reivindicando el derecho al placer sin reproducción sexual como exigía la religión, el uso de anticonceptivos que liberó a la mujer del miedo al embarazo y le permitió explorar su sexualidad, la reivindicación de los derechos de las mujeres, los negros, los gays, los pobres, los marginados, los bohemios; retornaron algunas vanguardias artísticas y filosóficas como el dadaísmo, el surrealismo, el existencialismo, el nihilismo, el anarquismo, el situacionismo, etc.
En lo político, se vive la guerra fría entre la URSS y EE UU. Con la revolución cubana, se rompe el monopolio de EE UU sobre Latinoamérica y la esperanza de un cambio revolucionario motiva a la juventud latinoamericana. Cuba exporta al Che Guevara como la esperanza del cambio. Pero una vez en el poder Fidel Castro, rompe su alianza con EE UU y se alinea al comunismo y la URSS, desatando una feroz represión contra el anarquismo en Cuba y demostrando que la Dictadura del Proletariado masacra a todos los que estén fuera del Partido Comunista. De la misma manera, en Praga, Checoslovaquia, los tanques rusos defienden el poder comunista luchando contra la rebelión juvenil y social que pedía libertades básicas. Así el pesimismo campea al ver la represión en Europa del Este por la URSS.
Sin embargo los jóvenes europeos ven claramente que la solución no es el capitalismo salvaje de EE UU ni la dictadura "proletaria" de la URSS. En Francia, Guy Debord critica la moral hipócrita de la Nueva Sociedad del Consumo, fundada en el dinero y el despilfarro, en no saber distinguir lo necesario de lo superfluo.
En Alemania, Rudi Dutschke y los jóvenes se niegan a seguir aceptando un mundo que habla de paz pero tolera la guerra; un mundo que habla de libertad pero que acepta la hipócrita democracia capitalista, un mundo que habla de igualdad y socialismo, pero que tolera la perversión del socialismo burocrático.
En Estados Unidos, Herbert Marcuse, respaldó y fundamentó la protesta juvenil criticando la triple tiranía: la economía, la política y la técnica. No lo podían acusar de "comunista", pues era un crítico radical de la URSS. Decía que la sociedad capitalista, dominada por el despilfarro, el culto al dinero y la sumisión al poder, se volvería un fascismo blanqueado, una democracia militarizada, en la que el individuo sería su propio esclavo, adicto al consumismo.
En Francia, en marzo de 1968, los estudiantes piden prolongar el horario nocturno de la Residencia de Estudiantes y suprimir en ella la separación de sexos. El rectorado se niega y los estudiantes se van a la huelga en Nanterre, luego en París. El 11 de mayo, el presidente De Gaulle ataca a los estudiantes en la Televisión. Dijo: "Los estudiantes no saben lo que quieren. ¿Qué quieren? Son nihilistas. Son anarquistas".
El 14 de mayo los estudiantes fueron a las fábricas para celebrar asambleas con los trabajadores. Los obreros de la Renault, en París, decidieron declararse en huelga y ocupar la fábrica. Los jóvenes convocan a realizar una revolución socialista. La huelga general se extendió por toda Francia y paralizó el país, con las fábricas ocupadas, y el apoyo del Barrio Latino. El Gobierno negocia con los dirigentes sindicales comunistas y cristianos: pactan un aumento general de salarios del 38 por ciento mensual; vacaciones pagadas de treinta días para los trabajadores; extensión de la seguridad social a toda la población laboral, y jubilación del cien por cien del salario. La aristocracia obrera y las clases medias y altas apoyan al gobierno y marchan cerca de 300.000 personas en París. Los líderes sindicales mediatizan a los obreros y entregan las fábricas el 7 de junio. La ocupación de universidades persiste hasta el 16 de junio. Ese día es desalojado el Odeón. El sueño de una revolución en Francia termina. Fin de la rebelión.
En México se conjuga la rebelión juvenil con la violenta represión a los estudiantes, desde la pelea de preparatorianos en Balderas, ellos se unen contra la policía y empieza a crecer un movimiento de protesta que reúne a 300.000 personas marchando al Zócalo el 27 de agosto de 1968. El lugar sagrado del Poder, el corazón de la ciudad es recuperado por el pueblo. Se rompe el tabú, de que sólo los borregos acarreados podían marchar al Zócalo. Pero el Gobierno usa al ejército y tanques para desalojar al movimiento de protesta. Las imágenes de los tanques atacando a la gente, recuerdan la Primavera de Praga. El Gobierno ataca ferozmente al movimiento juvenil y los acusa de comunistas, rebeldes sin causa, drogadictos, delincuentes, etc. El movimiento crece y para demostrar su disciplina y orden, convocan a la Gran Marcha del Silencio, el 13 de septiembre. Más de 500.000 personas protestando en orden y silencio. Sólo se oía el ruido de los pasos y los aplausos de la gente al verlos pasar. Es la marcha más grande realizada en México hasta la fecha.
El 2 de octubre, se convoca a una marcha que partiría de la Plaza de las Tres Culturas. Pero cuando los estudiantes vieron que el ejército acordonó toda el área de Tlatelolco, pensó que era para bloquear la marcha y decidió quedarse ahí. Al realizar el mitin, el Batallón Olimpia disparo indiscriminadamente a la gente. El ejército cerró la plaza y masacró a toda la gente. La plaza quedó llena de zapatos perdidos y sangre que cubría toda la plancha. Los cadáveres fueron incinerados en el Campo Militar número 1.Toda la masacre fue filmada por el Gobierno y hasta la fecha no ha desclasificado las cintas. Nadie fue castigado y los principales asesinos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, fueron apoyados por el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el PAN (Partido Acción Nacional). La impunidad se volvió la norma en México y por eso muchos jóvenes se fueron a la guerrilla, pero fueron exterminados por la Brigada Blanca, La Dirección Federal de Seguridad y el ejército.
El movimiento trató de volver a la calle el 10 de junio de 1971, pero nuevamente fue reprimido con golpeadores profesionales, los "halcones" y la policía.
El rock mantenía su poder de convocatoria y en Avándaro reunió a más de 500.000 jóvenes, el 11 y 12 de septiembre de 1971. El Poder nos tuvo miedo y decretó la ilegalidad del rock, promoviendo el ostracismo social contra los jóvenes. Ser estudiante o rockero, se volvió un crimen. Una feroz campaña en los medios acusó a los jóvenes jipitecas de drogadictos, vándalos y degenerados. La contracultura juvenil sufrió el desprecio social, el acoso policial y la represión sostenida; hasta llegar a la mediocre normalidad del país donde no pasa nada. Pero el espíritu libertario no puede ser enterrado y de diversas maneras renace cada año en los nuevos jóvenes que continúan la lucha.
Braulio Alfaro Lemus
Publicado en el periódico anarquista Tierra y Libertad, Septiembre de 2017

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Posted: 12 Oct 2017 10:40 AM PDT
Piotr Riabov, uno de los historiadores más destacados del anarquismo en Rusia, profesor del departamento de filosofía de la universidad de pedagogía de Moscú, escritor, fue arrestado hoy (11/10) debido a una conferencia sobre la historia del movimiento anarquista . Fue sentenciado a seis días de prisión y entró en huelga de hambre.
Su arresto ocurrió el 9 de octubre pasado en la ciudad de Baranovichi, en Bielorrusia, donde Riabov viajó a realizar unas charlas. La Policía irrumpió en la conferencia y arrestó al historiador y a más de veinte personas que fueron al evento. Todos fueron llevados a la comisaría e interrogados. La policía incautó los libros y otros materiales impresos que Riabov iba a usar durante la conferencia. Ese mismo día, fueron todos liberados después de los interrogatorios.
Sin embargo, el 10 de octubre, Riabov fue detenido de nuevo en el ferrocarril de la ciudad cuando estaba regresando a Moscú, juzgado el 11 de octubre y sentenciado a seis días de prisión. El compañero fue acusado de vandalismo y de divulgación de materiales extremistas. La revista "Libertad o muerte" n º 6, de 2007, fue considerada extremista. En protesta, entró hoy, 11 de octubre, en huelga de hambre.
Piotr Riabov, junto a Vadim Damier, es el principal historiador contemporáneo de anarquismo en Rusia.
Necesita solidaridad internacional y apoyo urgente.
> noticias sobre el ataque de la policía a la conferencia del historiador:
https://pramen.io/ru/2017/10/militsiya-atakovala-lektsiyu-petra-ryabova-v-grodno-obnovlyaetsya/
> noticias sobre el juicio:
https://pramen.io/ru/2017/10/petra-ryabova-sudyat-v-baranovichah/
> enlace con las noticias sobre la prisión:
https://pramen.io/ru/2017/10/petra-ryabova-osudili-na-6-sutok/
> Noticias anunciando las conferencias del historiador:
https://pramen.io/ru/2017/10/lektsii-petra-ryabova-v-grodno/
> enlace a la página del historiador de la universidad en la que enseña:
http://mpgu.su/staff/ryabov-petr-vladimirovich/
Agencia de noticias anarquistas-Ana

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Posted: 12 Oct 2017 10:35 AM PDT
Las cárceles, sorprendentemente, son un invento relativamente nuevo. Lo primero que es pertinente señalar es que la cárcel, como pena, no tiene más de 300 años. Aunque es difícil poner una fecha exacta en una época en la que los plazos y los lugares geográficos de aparición eran muchos más largos y estaban más desacompasados que ahora, la cárcel pasó a usarse como pena preestablecida en Europa entre el siglo XVII y principios del siglo XIX. El hecho de que hoy en día resulte muy difícil imaginar el funcionamiento de una sociedad sin una institución relativamente reciente, dan buena muestra de la fuerza que tiene. Al fin y al cabo, la cárcel es sólo una respuesta de las muchas imaginables y de las muchas que han existido a lo largo de la historia. ¿Una respuesta a qué?
El hecho de encerrar a alguien no fue algo nuevo, pues es una práctica bien antigua, si bien como una medida similar a lo que hoy se conoce como prisión provisional: garantizar que el acusado estuviese presente en el juicio, si es que alguna vez se celebraba. También se utilizaba para encerrar a la persona hasta que ésta restaurase el daño ocasionado (que, para deudas económicas, a veces equivalía a cadena perpetua, porque al estar encerrado no podía tener ingresos, y al no tener ingresos no podía satisfacer la deuda). Lo realmente nuevo era la previsión de una pena que consistiese en el encierro de por sí. Lo sorprendente es que, en un período tan corto de tiempo, esta nueva sanción adquiriese tal centralidad en el sistema de penas y se convirtiese en su eje principal. Para entender cómo esto pudo suceder, es necesario atender al contexto en el que surge esta institución.
A lo largo del siglo XVIII en Europa se desarrolla y asienta la Revolución Industrial, lo cual supuso importantes transformaciones. Para lo que aquí interesa, destaca el excedente de mano de obra no cualificada que la introducción de la nueva maquinaria en el proceso productivo significó. A su vez, y como consecuencia, comenzaron a desarrollarse grandes núcleos urbanos, y con ello un considerable movimiento migratorio de las zonas rurales a las urbanas, principalmente motivado por la búsqueda de trabajo. Aquí se dieron varias circunstancias que se entrelazaron. Por un lado, un excedente de mano de obra, por lo que mucha gente proveniente del mundo rural quedó desempleada. El cambio de vida en la gran ciudad era difícil de asimilar, pues el funcionamiento de las normas, de los valores, la forma de relacionarse con las personas, etc. eran distintas, produciéndose un desajuste entre las expectativas de comportamientos y funcionamiento del día a día y la realidad, que muchas veces desbordaba a los recién llegados. A su vez, precisamente por haber abandonado el medio rural, las personas emigradas sufrían la pérdida de apoyos fundamentales como los familiares y los amigos. La mezcla de estas situaciones dio lugar a situaciones de mendicidad, prostitución, alcoholismo y otras conductas que no estaban muy bien vistas por la moral dominante de la época. Además, y esto es clave, estas situaciones no afectaban a personas aisladas, sino que afectaba a grupos enteros de población. Es así como aparece la pobreza como un fenómeno social que afecta a grupos de población y que no se limita a casos particulares.
En este contexto es en el que aparecen instituciones de encierro, y en concreto la cárcel, como una respuesta a estas situaciones que se entendían como problemáticas o no deseables. De hecho, la aparición de la cárcel es coincidente en términos históricos con la aparición de otras instituciones de encierro como los psiquiátricos o los hospicios. La aparición de la cárcel no se debió a una respuesta concreta contra la delincuencia, sino que se encuadra dentro de cambios más profundos en la forma de entender y gestionar los problemas sociales, principalmente relacionados con la pobreza. En los términos contemporáneos, la cárcel surgió como una respuesta de política social.
A todo esto hay que añadir procesos más amplios, como la secularización de la sociedad. Con ella, la pobreza comienza a verse como un problema social, frente a la posición de la pobreza en sociedades más religiosas, donde era vista como una posibilidad de ganarse el visto bueno de Dios, y se consideraba una oportunidad para ayudar y hacer méritos divinos. La pobreza se convierte en algo sobre lo que hay que actuar; se convierte en un problema a solucionar. Esta forma de plantear las situaciones está relacionada también con el racionalismo que comienza a extenderse con la Ilustración. La cárcel aparece, así, como una solución viable frente a grupos de gente que molestaban en la calle o que eran vistos como un mal ejemplo.
Este planteamiento racional de los problemas, en los que se buscan las causas, para actuar sobre ellas y dar con soluciones adecuadas, está en la base de la posterior vinculación de cárcel y delincuencia. No obstante, antes es necesario señalar que se distinguía entre dos tipos de pobres: los aptos y los no aptos (para trabajar). Los pobres no aptos para trabajar eran considerados aquellos que tenían algún problema biológico o físico que les impedía trabajar. Para este tipo de pobres, existía comprensión y clemencia, y se les ayudaba porque se entendía que la naturaleza les había privado de esa capacidad. Desde la mentalidad de la época, que en algunos aspectos no es muy distinta de la actual, se entendía que los pobres aptos eran aquellos que, pudiendo trabajar, no lo hacían, principalmente porque no querían. En este sentido, existía una condena moral, y se negaba la ayuda porque se entendía que esa persona era responsable de su situación de pobreza. Para este tipo de pobreza se empezó a utilizar el encierro, también con ánimo de inculcar una disciplina y ciertos hábitos que hiciesen encontrar al pobre-vago el “buen camino” (las ganas de trabajar, se entiende). Poco a poco, así, la política adoptada para gestionar la pobreza se fue bifurcando, con un tinte más asistencial para los pobres no aptos (lo que posteriormente sería conocido como “política social”), y con un tinte más punitivo para los pobres aptos (lo que terminaría derivando en parte en la política criminal).
La cárcel surge, en primera instancia, como una respuesta a la pobreza, no a la delincuencia. Es a lo largo del siglo posterior, el XIX, cuando comienza a forjarse la relación entre cárcel y delincuencia, y la justificación de la una por la otra. Aunque las causas son discutibles, parece existir cierto consenso en que el origen está vinculado con el racionalismo, y con la observación que llevaban a cabo los empleados de estas instituciones de encierro sobre los internos. Al pensar que la clave para ayudar a los pobres aptos a llevar una vida “decente” era descubrir las causas, para actuar sobre ellas, se comenzó a investigar a las personas encerradas. En concreto, se dedicó un gran esfuerzo a reconstruir las historias de vida de estas personas, a fin de localizar los episodios concretos que pudieron hacer que estas personas acabaran así. Pasan así a dar gran importancia a las familias “desestructuradas”, a la relación con los padres, etc., y paulatinamente se genera un sujeto distinto, diferente del resto: el delincuente. Es así como poco a poco (son procesos largos) se genera el vínculo entre delincuencia y cárcel que hoy parece tan natural y evidente.
Es fácil imaginar que es un proceso bastante complejo, lento y con diferencias entre países igual de interesantes que sus similitudes. Todo esto ha dado lugar a explicaciones también dispares. Así, coexisten explicaciones que ubican estas transformaciones en cambios en la economía del poder y la formación de un discurso científico (Foucault) con otras que señalan su surgimiento como una consecuencia no intencionada de una voluntad bienintencionada de ayudar a los pobres (Rothman). También existen explicaciones que relacionan este proceso con la necesidad de inculcar a los campesinos la disciplina necesaria en las nuevas fábricas urbanas (Melossi y Pavarini) que conviven con teorías que señalan la importancia de la transformación de sensibilidades culturales y la formación de los Estados centralizados (Spierenburg), o hasta que, en su mayoría, el proceso se debió al humanitarismo de los reformadores (Ignatieff).
En todo caso, el objetivo de estas entradas sigue siendo abrir cuestiones para la reflexión, más que cerrarlas. Saber que la cárcel es un invento moderno, y que sus orígenes están ligados a la gestión de grupos de poblaciones marginales, es un paso más hacia su desnaturalización y consiguiente repolitización, pues la cárcel es, y siempre ha sido, un instrumento político (y no una mera respuesta automática y evidente a los delitos).
El articulo original de Ignacio González Sánchez se publicó en 2015 en http://thesocialsciencepost.com/es/2015/03/algunas-notas-sobre-los-origenes-de-las-carceles/

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Posted: 12 Oct 2017 10:26 AM PDT
La bala y la palabra. Francisco Ascaso (1901-1936) es el nuevo libro de LaMalatesta editorial, la biografía de un personaje libertario muy nombrado, pero no tan conocido en cuanto a hechos concretos de su vida, al haber estado a la sombra de su carismático compañero Buenaventura Durruti.
El vídeo que podéis ver más abajo, lo realizamos para un crowdfunding, el cual fue un éxito y el libro está ya editado. Si en España, hubo una época en el que el anarquista era el movimiento social y político con mayor fuerza, libros como este tratan de recuperar su memoria. Francisco Ascaso fue uno de esos innumerables militantes del anarquismo ibérico y esta obra, que recoge exhaustivamente su vida en un determinado contexto social y político, sin eludir hechos controvertibles, es el resultado de dos años de investigación por parte de sus autores.
Hasta este momento, las referencias a Francisco Ascaso se habían realizado únicamente en biografías y memorias ajenas, de sus compañeros de militancia, como es el caso del ya nombrado Durruti o de Juan García Oliver. Fue la suya, aunque breve, una vida apasionante, relegada injustamente a un segundo plano y hasta ahora sin la atención que merecía, en la que acumuló hechos dignos del mejor guión cinematográfico de aventuras. Merece este libro ser leído con atención y comprender las decisiones de un hombre, que decidió emprender el camino de la acción para llevar a la práctica sus ideales, y que desgraciadamente desapareció de forma temprana aquel determinante año de 1936.
http://www.youtube.com/watch?v=-5XpieTNJQc
Capi Vidal

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Posted: 12 Oct 2017 10:22 AM PDT
Es en los momentos convulsos, complejos, y tormentosos cuando se torna más apremiante consultar las brújulas para evitar extraviarnos. Sin embargo, también es en el estruendo de la tormenta cuando resulta más difícil confiar en sus indicaciones. Por eso es necesario no dejarse arrastrar por la vorágine de unos acontecimientos que se suceden con extrema rapidez y que demandan prontas respuestas. Por eso es preciso, aunque solo sea por un momento, “alzar la vista” más allá del contexto inmediato, tomar cierta distancia con la tormenta, y procurar vislumbrar hacia que horizonte nos empujan los actos a los que la situación parece emplazarnos.
Desde la simpatía, el aprecio, y la comprensión, que siento por muchos de los libertarios que se involucran en las actuales movilizaciones en Catalunya, no se me escapa, sin embargo, que están favoreciendo. de forma totalmente involuntaria, el proceso diseñado por el Gobierno catalán y por las formaciones nacionalistas para crear “un nuevo Estado”.
Está claro que ese no es su objetivo, todo lo contrario, y que esa no es la razón por la cual exponen sus cuerpos en una paradójica “defensa de las urnas”, o convocan huelga general en practica contigüidad temporal con el referéndum sobre la creación del nuevo Estado.
Sus objetivos van desde contribuir a “destruir el Estado español” (ojalá eso se consiga), hasta avanzar hacia una situación donde se pueda “decidirlo todo”, y no solo la forma política del territorio, pasando por la perspectiva de radicalizar la actual conflictividad alentando la creatividad y las chispas de auto organización que afloran en la población. Algunos acarician incluso el sueño de una (improbable) insurrección popular que abra el camino hacia una autentica “autonomía”, en el sentido fuerte de ese termino que va mucho más allá de la autodeterminación de los pueblos.
Esos objetivos, así como el ineludible compromiso con la lucha contra la represión ejercida por el Estado sobre quienes desafían sus leyes, me merecen el más absoluto respeto. Ahora bien, también es obvio que la actuación de esos compañeros aporta su granito de arena al desarrollo del proyecto independentista, o mejor dicho, nacionalista, que es como conviene denominarlo, puesto que no pretende “independizar” cualquier cosa, sino, muy específicamente una “nación”.
Si dicha contribución me preocupa, no es porque conduzca a propiciar la creación de un nuevo Estado, a final de cuentas nos tocara seguir luchando en su seno al igual que lo estamos haciendo en el seno del actual, sin que el cambio del marco estatal suponga una diferencia cualitativa que merezca especial mención. Vivir en un nuevo Estado nos trae sin cuidado, sin embargo, la principal repercusión negativa que se desprenderá de nuestra participación en el actual conflicto es que nos tocará, a nosotros y a los trabajadores involucrados, “pagar los platos rotos” del enfrentamiento entre el Estado instituido y el Estado naciente, como les va a pasar, por ejemplo, a los veinte anarquistas griegos detenidos por ocupar la embajada de España en solidaridad “con Catalunya” (sic).
Lo que me preocupa, y es precisamente en este punto donde adquiere sentido lo que antes comentaba acerca de la necesidad de “alzar la vista”, es que la contribución a los actuales enfrentamientos está dando alas al “auge de los nacionalismos”, como ocurre en todos los choques entre nacionalismos, y augura un enfrentamiento entre trabajadores tanto dentro de Catalunya, como entre trabajadores de Catalunya y de otros lugares. Sin hablar del correspondiente “auge de la extrema derecha” que ya se viene observando de forma preocupante en diversos lugares de España. No es que haya que renunciar a luchar para no suscitar el auge de la extrema derecha, claro, pero lo que no conviene hacer es luchar en un escenario definido en claves nacionalistas porque eso sí que garantiza ese auge.
En estos momentos, las respectivas actuaciones de un Puigdemont que ayer dejó en el limbo la proclamación del nuevo Estado, y de un Rajoy que hoy pone en marcha, sin formalizarla, la suspensión de la Autonomía catalana, revelan la preocupación por no perjudicar los intereses de las grandes corporaciones, empresas o entidades financieras, y señala los limites que los dos gobiernos enfrentados no están dispuestos a transgredir. Eso se está traduciendo por una desescalada de la tensión, por  la escenificación de un espectáculo de poses y de engaños, adornado con disparos de balas de fogueo. Hasta ahora la única sangre que ya se ha vertido, y que habría que evitar que se siguiera vertiendo, es la de “la gente de abajo” que se dejó arrastrar a participar en una partida orquestada y arbitrada por la clase política en función de sus intereses. Luchemos, sí, pero no en campos de batalla donde nuestros enemigos nos llaman a hacerles costado.
Tomás Ibáñez
Barcelona 11 de octubre 2017

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