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México aguarda la bomba del TLCAN
Ulises
Noyola Rodríguez
ALAI AMLATINA,
11/10/2017.- La
renegociación del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN) finalmente ha llegado a una etapa
decisiva en la
cual México podría recibir un duro golpe contra su soberanía
nacional y profundizar
su subordinación económica. El eventual estallido del TLCAN, no
obstante, es
probable en la cuarta ronda de negociaciones debido a que ambos
países abordarán
asuntos clave que incluyen, entre otros, los estándares
laborales, las reglas
de origen y la permanencia del capítulo diecinueve.
Con respecto a los
estándares laborales, la posición
estadounidense sostiene que los salarios bajos de México atraen
la inversión
norteamericana, lo que socava la creación de empleos en Estados
Unidos. Dicha
afirmación es cierta ya que la brecha salarial entre México y
Estados Unidos es
enorme, tomando en consideración que los
salarios mínimos por hora son 0.5 y 7.2 dólares para ambos
países respectivamente.
Sin embargo, las
propuestas laborales de Estados
Unidos y Canadá, de acuerdo con el ministro mexicano de
Economía, Ildefonso
Guajardo, no incluyeron un aumento del salario mínimo de México,
sino que
solamente plantearon respetar los derechos laborales presentes
en la
Organización Internacional del Trabajo (OIT)[1].
Dichos derechos involucran la libertad de asociación colectiva,
la eliminación
del trabajo forzoso e infantil y la abolición de la
discriminación laboral.
Es importante destacar que
el salario mínimo diario de
México está ubicado en 80 pesos, cantidad que es insuficiente
para satisfacer
las necesidades básicas de los mexicanos con respecto a la
alimentación, la
salud y la educación. Lo anterior viola los acuerdos
internacionales que el
gobierno mexicano ha ratificado como la Declaración Universal de
los Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales y
la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre[2].
La propuesta
estadounidense es, por tanto, demasiado
débil ya que no obliga al gobierno mexicano a cumplir por lo
menos con la
Constitución que estipula que el salario mínimo debe ser
suficiente para satisfacer
las necesidades básicas de los trabajadores y proveer educación
básica para sus
hijos. Esta violación es flagrante incluso para las
instituciones públicas como
la Secretaría del Trabajo, que señaló que es totalmente viable
un incremento del
salario mínimo sin que tenga consecuencias negativas sobre la
economía mexicana[3].
La justificación del
gobierno mexicano para mantener
el salario mínimo tan bajo durante varios años ha sido controlar
la inflación[4],
pero el poder adquisitivo del salario mínimo se encuentra casi
pulverizado
anulando completamente cualquier incidencia sobre la inflación.
Cabe recordar
que el poder adquisitivo del salario mínimo se redujo un 70% en
los últimos
cuarenta años, situándose como el salario más minúsculo de la
Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La verdadera razón por la
cual el salario mínimo se ha
mantenido en niveles inhumanos es porque amenaza la rentabilidad
del sector
exportador en México. El sector exportador, en un contexto de
crisis mundial, no
tolerará ningún incremento salarial, sino que, por el contrario,
buscará medios
de intensificar la explotación de los trabajadores a través de
jornadas
laborales prolongadas, la disminución de los salarios y la
destrucción de los
beneficios sociales.
La sobreexplotación de los
trabajadores mexicanos
resulta descomunal dado que nuestros salarios ya son inferiores
que las
remuneraciones en China, lo cual afecta la expansión del mercado
interno, la
inversión nacional y la productividad laboral. Lo peor es que la
generación de empleos
se ha concentrado en los sectores con una menor remuneración
económica durante el
gobierno de Enrique Peña Nieto[5].
En cuanto a las reglas de
origen, la propuesta norteamericana
insiste en incrementar la participación de Estados Unidos en el
valor del
comercio intrarregional del TLCAN a través del el aumento del
contenido
regional a 85% en el sector automotriz y la creación de un nivel
mínimo de
contenido estadounidense, pero sin crear un contenido aceptable
para la
participación de México. La justificación de esta propuesta
asimétrica por
parte del gobierno norteamericano se basó en que la mayor
pérdida de valor en
el comercio intrarregional corresponde a la participación de
Estados Unidos
como resultado de la irrupción de China en el mercado
estadounidense[6].
El país más golpeado por
el endurecimiento de las
reglas de origen sería México ya que reforzaría su relación
comercial con
Estados Unidos y por consiguiente estaría aún más aislado de
regiones
importantes como Asia. Al mismo tiempo, las exportaciones
norteamericanas
podrían incrementarse hacia México resolviendo parcialmente su
déficit comercial,
en contraposición con el empeoramiento de nuestra relación
comercial con
Estados Unidos y el subsiguiente aumento de nuestras
obligaciones financieras
con el resto del mundo.
Además del cambio de las
reglas de origen, el gobierno
mexicano se encuentra negociando la eliminación del capítulo
diecinueve del
tratado comercial, que se encarga de abordar la solución de los
conflictos
comerciales entre los países miembros del TLCAN. Los conflictos
comerciales,
hasta este momento, han sido resueltos por tribunales
independientes, pero el
gobierno de Donald Trump desea dirimir las controversias
comerciales en tribunales
estadounidenses a fin de defender la soberanía de Estados
Unidos.
La resolución de las
controversias comerciales en tribunales
estadounidenses solamente empeorará nuestra relación comercial
con Estados
Unidos, puesto que las autoridades estadounidenses ya exigen
elevados
estándares de calidad en los productos mexicanos, apoyan de
manera
indiscriminada a sus agricultores y rechazan frecuentemente las
exportaciones
mexicanas por razones injustas. En consecuencia, la eliminación
del capítulo
diecinueve proporcionará más poder a Washington para rechazar
los productos
mexicanos y exacerbará nuestra subyugación económica bajo los
tribunales
norteamericanos.
La única salvación del
gobierno mexicano provendría
del apoyo de Canadá, cuyos representantes expresaron su
desacuerdo en eliminar
el capítulo diecinueve y amenazaron con abandonar la
renegociación, si Estados
Unidos permanece firme en llevar a cabo la resolución de las
controversias
comerciales en los tribunales estadounidenses[7].
El gobierno estadounidense cedería entonces en preservar el
capítulo diecinueve
frente a la presión de ambos socios comerciales de abandonar la
renegociación.
Aunque la dependencia de
la economía mexicana con
Estados Unidos corre el riesgo de volverse más caótica, el
gobierno mexicano no
ha mandado una señal contundente de tener preparado un Plan B
con respecto a la
diversificación de sus relaciones comerciales. Las autoridades
mexicanas
solamente anunciaron que diversificarán
la compra de granos con Brasil y Argentina, en tanto que el
Acuerdo de
Asociación Transpacífico sin Estados Unidos y la modernización
del tratado
comercial con la Unión Europea son acuerdos sin ninguna
perspectiva positiva
para México.
Por otro lado, la
estrategia de utilizar a China como
un contrapeso es improbable en el corto plazo, ya que la
implementación de un acuerdo
de libre comercio con el gigante asiático desencadenaría un
considerable
aumento del déficit comercial. El gobierno mexicano contempla
así la
posibilidad de crear únicamente un Acuerdo de Asociación
Económica con China,
lo cual implica la apertura gradual de las transacciones
comerciales y el
aumento de las inversiones entre México y China[8].
El gobierno mexicano se
encuentra entonces frente a la
disyuntiva de abandonar las negociaciones o aceptar un acuerdo
desastroso que
profundizaría nuestra subordinación con Estados
Unidos, tomando en cuenta que habrá elecciones presidenciales el
próximo año.
De forma inevitable, el gobierno terminará de perder su poca
legitimidad por no
estar preparado para la renegociación del TLCAN ni tampoco
conseguir el apoyo
de los mexicanos para enfrentar a la administración de Donald
Trump.
- Ulises Noyola Rodríguez
es colaborador del Centro de
Investigación sobre la Globalización.
URL
de este artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/188550
[1] Reuters. NAFTA labor talks focused on rights,
not salaries: Mexico.
Fecha de publicación:
9/10/2017.
[3]
El Financiero.
Hay condiciones para subir salarios mínimos: STPS. Fecha de
publicación: Mayo,
2017.
[4]
CONASAMI.
Razones que explican el rezago del poder adquisitivo del
salario mínimo. Fecha
de publicación: 2017.
[5]
Centro de Estudios
Económicos del Sector Privado. Análisis Económico
Ejecutivo. Fecha de publicación: Febrero, 2017.
[6] Departamento de Comercio. Trade In Value
Added: Declining
U.S.-Produced Content in U.S. Imports from NAFTA. Fecha de
publicación: Septiembre, 2017.
[7] The Globe and Mail. Canada, U.S. aim for NAFTA
deal by end of year
as Round 2 begins. Fecha de publicación:
Agosto, 2017.
[8]
Senado de la República.
Viable un Acuerdo de Asociación Económica con China, ante
incertidumbre por la
renegociación del TLCAN. Fecha de publicación: Septiembre,
2017.
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