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viernes, 27 de enero de 2017

Tinkunaco 0303/17 - Re: ¿DEBATIR O DISCUTIR, CON QUIÉNES? - Dr. MARIO ELFFMAN

¿DEBATIR O DISCUTIR, CON QUIÉNES?

En la contratapa de PAGINA12 de hoy, 27 de enero, y bajo el título de SOBREACTUACIONES, el periodista Jorge Halperín hace un relato patético de sus dificultades para entablar diálogos con sus oponentes o contradictores políticos.
Extraigo apenas algunos párrafos, porque en cierto modo me siento reflejado en ellos, así no participe de su excesivo apego a una experiencia de gobierno que ha tenido sus propias lagunas.

Por ejemplo:

"Me informo con esfuerzo -y no sólo porque ese es mi oficio-, y me siento preparado para argumentar y respaldar mis opiniones con datos surgidos de fuentes confiables, que colecciono obsesivamente. Pero caigo en la trampa de mis interlocutores, que le hacen pito catalán a la discusión racional lanzando al aire dos o tres frases que podrían ser títulos de tapa de Crónica: 'Se robaron todo'; 'Dejaron al país en estado terminal'; 'Ella mandó a matar al fiscal'."

" Les muestro lo equivocados que están... les reclamo que discutamos de lo relevante, es decir de políticas que impulsan o destruyen al país...- Pero alegan que las fuentes de mis datos no son confiables y se muestran irreductiles en sus certezas...-Por supuesto que también están indignados, con un enojo republicano que no percibí en los años en que Menem fue reelecto y que tampoco les noto cuando se habla de las 214 denuncias que hay contra Macri."

"Llegado a este punto, empiezo a entender que un gran truco del ciudadano antipopulista es su analfabetismo político y su sobreactuación del republicano indignado. En tiempos de la posverdad parece inútil respaldar un juicio con información veraz. Paga mejor la certeza ciega y la sospecha sobre el político, sobre todo del que no pertenece al elenco de los republicanos indignados."

"No estoy afirmando que el universo antipopulista carezca de cuadros capaces de sostener una discusión inteligente sobre políticas. No. Más bien hablo de las expresiones más comunes en los medios y de infinidad de sobremesas entre familia y amigos, muchos de ellos graduados universitarios..."

Así haya leído a Laclau, si en algo no concuerdo es el trazado de una divisoria entre populismo y antipopulismo, porque es escondedora de la polaridad real en nuestras sociedades. Pero salvado ese pequeño divorcio, reconozco que la experiencia de Halperín me abarca, y nos abarca a demasiados argentinos, que hemos perdido aptitudes de diálogo porque -entre otras razones-, para eso, como para bailar el tango, hace falta el concurso de dos.

Recuerdo a mi suegro, un comunista por convicción y por experiencias de vida en la Polonia y Austria de su infancia, que cuando topaba con un analfabeto político renunciaba voluntariamente al debate con frases terminales como la siguiente: "lea algo y después hablamos". Él leía, mucho, tanto en castellano como en el alemán de su primera formación escolar, pero no encontraba el modo de hacerse entender. Pobre. Nosotros considerábamos que eran sus propios límites dogmáticos. Hoy, a veces, me cuesta mucho resistir la tentación de decirle a algunos parientes y amigos enclaustrados en su cerrazón y en su odio, "lean algo y después hablamos".

Si no quieren leer algo que les suene a 'k', lean a Chomsky en ese notable libro de reciente aparición, 'Quién domina al mundo", que he recomendado en este muro. Si no quieren enterarse por Página12, hagan la experiencia de hojear una vez al mes 'El Dipló'. Si no quieren enterarse de qué se dice en C5N, o en la AM 750 reconozcan, al menos, que no se puede considerarse informado leyendo solo Clarín o LA Nación, mirando TN o Canal 13 , escuchando Radio Mitre o siguiendo a Lanata o Nelson Castro como portadores de la verdad revelada.

Es mucho pedir, lo sé. Pero si no lo hago me acuerdo de aquel verso del viejo poeta Juan Carlos Dávalos (el padre de Jaime Dávalos), que decía ,en otro contexto temático, lo siguiente:"me siento derrotado por la pandilla loca".
 

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