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viernes, 24 de junio de 2016

Tinkunaco 0943/16 - EL RIESGO DE LAS GENERALIZACIONES - Dr. Mario Elffman (publicado en facebook)

EL RIESGO DE LAS GENERALIZACIONES .

En una página ajena, y en respuesta a un escueto 'el poder judicial es una lacra', acabo de dejar un comentario que, en lo central, copio en ésta.
El poder judicial, como tal, está constituído por gentes, entre las que hay lacras, acomodaticias, ventajeras, autócratas, incompetentes e impotentes; pero también por quienes cumplen su tarea con compromiso con su sociedad , con responsabilidad, con aptitud incuestionable, con valentía y con dignidad ciudadana. Y son muchos, así no sean los suficientes ni todos los necesarios para sostener el prestigio colectivo de la administración de justicia y para garantizar plenamente los derechos de los justiciables.
Poner todo en un paquete es erróneo y desmoralizante para esta última e importante categoría de jueces, de funcionarios y de empleados que, literalmente, se rompen el alma intentando superar las taras del sistema en el que desarrollan su importantísima tarea cotidiana.
Desde el 2004 y hasta no hace mucho tiempo, insuficiente para olvidar su trayectoria, hemos sentido satisfacción y hasta orgullo por una Corte Suprema que, en algunas cuestiones esenciales para la vigencia de derechos fundamentales, desempeñó un rol de alta calidad comparativa. Con inconsecuencias y dificultades internas, sin una adecuada política respecto del Consejo de la Magistratura y de los tribunales inferiores, cediendo más de la cuenta a las presiones corporativas, con un exceso de funcionariado que en lugar de ayudar complicó su tarea, con una conducción personalista y negativa, con aventuras y desventuras en cuestiones de infraestructura y tecnología de la función judicial; pero insertando a la justicia argentina en el plano del pleno respeto del bloque de constitucionalidad, y de los controles de constitucionalidad y convencionalidad.
Es bueno recordar este aspecto, como el de la abnegada y valiosísima labor de buena parte del funcionariado del aparato judicial, así sea para contrastarlo con esta paupérrima realidad cortesana de los tiempos que ahora corren. Si me dejan poner un mero ejemplo de aptitud y de conducta, comparemos los fallos de la Corte en materia de derechos sociales o en el tratamiento auténticamente monista del bloque de constitucionalidad cuando era Secretario de la misma Rolando Gialdino, con lo ocurrido después de su más que arbitraria y deplorable remoción.

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