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sábado, 7 de noviembre de 2015

Tinkunaco 1420/15 - Nuevo Obispo Auxiliar de Córdoba (Integrante del nuevo espacio "Común-Unión")

El Papa nombró un nuevo Obispo Auxiliar para Córdoba

Se trata del presbítero Ricardo Orlando Seirutti, de 59 años, actualmente párroco de San Juan Evangelista.




Por Redacción LAVOZ

El papa Francisco designó en las últimas horas al presbítero Ricardo Orlando Seirutti como nuevo Obispo Auxiliar de Córdoba.

En la actualidad, Ricardo Orlando Seirutti se desempeña como párroco de San Juan Evangelista, en la ciudad de Córdoba, y vicario episcopal para Movimientos y Asociaciones Laicales de la arquidiócesis. 




Con este nombramiento la arquidiócesis de Córdoba, cuyo arzobispo es monseñor Carlos José Ñáñez, tendrá ahora dos obispos auxiliares. El otro es monseñor Pedro Javier Torres, nombrado por el papa Francisco el 16 de noviembre de 2013. 

Seirutti

Nacido en Buenos Aires el 31 de julio de 1956, Seirutti se trasladó junto a su familia a la ciudad de Alta Gracia, donde realizó sus estudios primarios en el Colegio Santiago de Liniers, y los de nivel secundario en el Colegio Nacional de esa ciudad del que egresó con el título de Bachiller Físico Matemático. 
Posteriormente estudió por algunos años Ciencias Químicas, Teatro y Profesorado de Inglés en la Escuela Superior de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba. También tuvo una experiencia laboral en una fábrica de la ciudad de Córdoba. 

En 1981 ingresó en el Seminario Mayor de Córdoba, Nuestra Señora de Loreto, donde obtuvo su formación sacerdotal. 

El 6 de octubre de 1988 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo de Córdoba, cardenal Raúl Francisco Primatesta.

Luego, se desempeñó en distintos ministerios y oficios en Córdoba.

Ceremonia. La ordenación episcopal se llevará a cabo el día 18 de Diciembre a las 19 hs. en la Iglesia Catedral de Córdoba y será presidida por el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos José Ñáñez.



 
Organizaciones sociales y representantes de la Iglesia formaron "Común-Unión" para criticar la estigmatización de la pobreza.

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Decenas de organizaciones sociales, instituciones y curas de la Iglesia Católica de barrios populares decidieron conformar "Común-Unión", un nuevo espacio de discusión y posición para velar por los derechos de los jóvenes de barrios humildes de la provincia de Córdoba ante lo que consideran un "avance represivo del Estado".

Diferentes organizaciones decidieron confluir en un amplio espacio para criticar el plan de seguridad del Gobierno Provincial y denunciar la hostigación policial y la detención ilegal de miles jóvenes de barrios de humildes.

"Nos preocupan particularmente el continuo agravamiento de la discriminación como fenómeno cultural en Córdoba y su correlativa expresión violenta dirigida hacia los sectores más vulnerables de nuestra sociedad (...) Más de 15 años de aplicación sistemática de las mismas prácticas no han hecho más que profundizar la problemática: crearon una sociedad donde para muchos la vida y la dignidad humana se ven vulneradas", afirma el manifiesto fundacional.

Común-Unión surge precisamente a días que se realice una nueva edición de la Marcha de la Gorra, y apenas horas después de que la Justicia condenara a prisión a un comisario de la Policía de Córdoba por llevar adelante un plan sistemático de detenciones arbitrarias con el fin de elevar las estadísticas de operativos policiales, haciendo uso del polémico Código de Faltas.

"Hoy hemos optado por decir nuestra palabra, que no es sino la de muchos que están viendo vulnerados sus derechos y libertades más básicas diariamente, compartiendo con todos los cordobeses que no estamos dispuestos a aceptar la violencia como el modo principal de relacionarnos entre hermanos y hermanas. Hemos decidido no mirar para otro lado y hacernos eco del dolor de quienes la sufren", agrega el comunicado.

Mirá el comunicado completo de este nuevo espacio:

Común Unión: Nos cuidamos como hermanos y hermanas

Córdoba, 07 de Noviembre de 2015.

A los abajo firmantes, nos preocupan particularmente el continuo agravamiento de la discriminación como fenómeno cultural en Córdoba y su correlativa expresión violenta dirigida hacia los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Compartimos la palabra de Los Obispos en Argentina, cuando dicen: “Constatamos con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia. Algunos de los síntomas son evidentes, otros más sutiles, pero de una forma o de otra todos nos sentimos afectados. Queremos detenernos a reflexionar sobre este drama porque creemos que el amor vence al odio y que nuestro pueblo anhela la paz”.

Creemos que cada persona debe asumir su lugar, siempre respetando la ley, pero no por eso siendo indiferente a lo que les ocurre a los demás. Nadie ignora que en Córdoba las violencias se han generalizado de manera espeluznante. Todos sabemos que aquí, como en el resto del país, la violencia es moneda corriente. Pero insistimos: no es con más violencia como vamos a detener la violencia. No. Más de 15 años de aplicación sistemática de las mismas prácticas no han hecho más que profundizar la problemática: crearon una sociedad donde para muchos la vida y la dignidad humana se ven vulneradas.

Advertimos con angustia que junto a las diversas manifestaciones de violencia desde distintos ámbitos de la sociedad, crece sin frenos de la mano de la violencia institucional, el narcotráfico y la trata de personas, la privatización del espacio público, la construcción de muros y barrios-deencierro por doquier, el traslado de comunidades empobrecidas que durante decenas de años habitaron determinados espacios y fueron llevados a los márgenes de la ciudad, dejando el lugar para los negocios de empresas desarrollistas inmobiliarias: una Córdoba cada vez más cerrada y fragmentada, y con menos espacios abiertos para la vida común, solidaria y fraterna. Observamos que, dolorosamente, esto es Córdoba hoy.

Estamos convencidos que todos somos responsables de la construcción de la paz. Es por ello que, a la luz de lo que nos decían los Obispos, queremos profundizar la mirada en nuestra Córdoba, sobre las estigmatizaciones que se hace respecto a la “delincuencia y pobreza”: “No se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales. Ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias.

Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros. A estos escenarios violentos corremos el riesgo de habituarnos sin que nos duela el sufrimiento de los hermanos. 

Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de amor de Dios: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre “barrabravas” a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza. 

Hemos endurecido el corazón incorporando estas desgracias como parte de la normalidad de la vida social, acostumbrándonos a la injusticia y relativizando el bien y el mal. Es creciente la tendencia al individualismo y egoísmo, de los cuales despertamos sobresaltados cuando el delito nos afecta o toca cerca [...] se ha desarrollado una globalización de la indiferencia...”

Hoy hemos optado por decir nuestra palabra, que no es sino la de muchos que están viendo vulnerados sus derechos y libertades más básicas diariamente, compartiendo con todos los cordobeses que no estamos dispuestos a aceptar la violencia como el modo principal de relacionarnos entre hermanos y hermanas. Hemos decidido no mirar para otro lado y hacernos eco del dolor de quienes la sufren.

Eso nos unió y nos puso a caminar en pos de un común objetivo. Así, en múltiples oportunidades, hemos escuchado los testimonios de muchísimas de las víctimas de detenciones masivas, arbitrarias, y discriminatorias, a lo largo y a lo ancho de nuestra ciudad capital y del interior.

Sabemos que no es con violencia ni con cada vez más policías en las calles, el único modo de convivir en sociedad. Vemos con preocupación la vulneración de las libertades civiles más básicas, el funcionamiento de una “Justicia” que dictamina la prisión preventiva con una mecanicidad que asusta, mientras niega sistemáticamente el grito urgente de los habeas corpus.

Sentimos que el llamado es claro: NO TAMPOCO A ESTE TIPO DE VIOLENCIA, debemos darpaso a la reconciliación entre vecinos y vecinas, entre hermanos y hermanas. Insistimos: el que es distinto a mi no es una amenaza, es un hombre o mujer con sus sueños, proyectos, dolores, familia, saberes.

No queremos que Córdoba sea un espacio de violencia y discriminación. Sabemos que puede y debe ser otra nuestra Córdoba. ¿Qué tipo de sociedad elegimos construir? ¿Una donde la violencia sea el lenguaje con que el poder ordena la sociedad y el modo de relacionarse entre hermanos? ¿Una del “sálvese quien pueda”, del encierro, el miedo, la indiferencia, el silencio? Nosotros creemos que somos mejores que eso y nos negamos con todas nuestras fuerzas a seguir viviendo así.

Conocemos y valoramos el esfuerzo de muchas familias, comunidades y organizaciones que, frente a esta situación, vienen tejiendo experiencias de diálogo y redes de cuidado solidario y denunciando esta realidad. A ellas nos unimos alzando nuestras manos y voces.

Es imperioso un cambio, es urgente la recuperación del encuentro, el diálogo y el buen trato, sólo así podremos exigir a los gobiernos y su policía que frenen inmediatamente con toda clase de abusos de poder, con el racismo y discriminación en sus prácticas.

“Estos síntomas son graves. Sin embargo, en el cuerpo de nuestra sociedad se encuentran también los recursos para afrontar el paciente camino de la recuperación. Todos estamos involucrados en primera persona. Destacamos, ante todo, el profundo anhelo de paz que sigue animando el compromiso de tantos ciudadanos. No hay aquí distinción entre creyentes y quienes no lo son. Todos estamos llamados a la tarea de educarnos para la paz”.

No aceptamos la violencia en ninguna de sus manifestaciones, mucho menos si esta violencia emerge de quienes tienen la responsabilidad del gobierno y el cuidado ciudadano. No queremos ninguna práctica violenta que vulnere los derechos y la dignidad de ningún ciudadano. No queremos más jóvenes ni chicos detenidos para hacer número, ni golpizas en comisarías, ni persecución a quienes trabajan informalmente, ni desalojos sin solución a quienes no tienen hogar.

Queremos y exigimos otra Córdoba, con respeto, justicia y dignidad para todas y todos los cordobeses.

Común-Unión

Encuentro de Organizaciones.

Cooperativa de Carreros y Recicladores La Esperanza.


Programa de Ética y Teoría Política. Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba.


Fundación Moviendo Montañas, Barrio Maldonado.


Padre Mariano Oberlin, Bº Muller, Parroquia Crucifixión del Señor.


Padre Mario Otonello, Encargado Unidad Pastoral Malvinas Argentinas.


Padres Pablo Ardiles y Marcos García, Parroquia de Loreto.


Padre Javier Ladrón de Guevara. Párroco de Pquia San Pablo Apóstol. Bº Colón.


Padre Norberto Arroyo, Párroco de Pquia. Asunción de María.


Padre Ricardo Seirutti, Párroco San Juan Evangelista. Bº Parque y Colinas de Vélez Sarsfield, Suárez,Ferrer, La Lonja, La costa canal....


ONG La Lupa. Mesa de Gestión. Barrios Villa 9 de Julio y Marqués Anexo.


Fundación La Luciérnaga.

 
Misioneros de la Parroquia Santa Mónica y San Agustín. Barrio Parque Atlántica y Barrio Suárez.

 
Mariela Cecilia Amor.

 
Hogar de Cristo, de Parroquia “San Juan Evangelista”.

 
Asociación Civil Ser Humanos. Villa Albertina.

 
María Luisa Goya.

 
María Isabel Rey Nores, Barrio Residencial Vélez Sarsfield.

 
Mariana Escudero.


Adhieren:

Padre Hugo Criado, Vicario de Pquia. “Nuestra Señora del Rosario”, de Villa del Rosario.


Párroco Julio Aguirre, de Pquia. “Jesús y María de Jesús María”.



Párroco Horacio Saravia y Parroquia “San Jerónimo”. Bº Alberdi


Padre Hernán Ceballos, de Pquia. “San José”, Barrio 1° de Mayo.


Párroco Daniel Botero de Pquia. “Ntra Sra de Lourdes” y Pastoral Social de Unquillo.


Círculo de Obreros Católicos.

Diácono Jorge Aguirre y Fundación Pan de Vida.


Párroco Santos Moyano, de Pquia. “Ntra. Sra. del Trabajo” de Bº Villa Libertador.


Padre Fernando Rodríguez de Pquia. “Santo Cristo” Bº Observatorio.


Padre Eduardo Casas.


Espacio Jurídico Deodoro Roca.


Cátedra Libre “Monseñor Enrique Angelelli”. Universidad Católica de Córdoba.


Cátedra Libre Bioética, Ambiente y Sociedad. Universidad Católica de Córdoba.


Asociación de Investigación y difusión del Derecho Laboral Dr. Rubén Layún.


Centro Tiempo Latinoamericano.


Programa Multiculturalismo, Migraciones y Desigualdad en América Latina. CEA/UNC-CIECS
(CONICET-UNC).


Párroco Héctor Lascano, de la Pquia “Transfiguración del Señor”, Bº Ferreyra


ONG Construyendo Futuro- Almirante Brown, José Ignacio Díaz 3ª


Padres Santiago Castello y Hugo Cisterna y Comunidad de Parroquia “Santa María de la Paz” (Bº Poeta Lugones).


Padre Carlos Bazara, Sacerdote de Córdoba misionero en África.


Gustavo Venturini (Hospedería Padre Alberto Hurtado)


Centro Educativo La Salle Malvinas Argentinas.


Comunidad de Hermanos y Postulantes La Salle.


Asamblea Malvinas Lucha por la Vida.


Padres Daniel Blanco y Pablo Viola, de Parroquia "Visitación de Ntra Sra y San Alfonso María de Ligorio", Bº 9 de Julio - Argüello.


Claudio Albarracín



Para enviar adhesiones, escribir a comununioncba@gmail.com

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