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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Tinkunaco 1.584/14 - Re: EL SALVADOR II-Ignacio Ellacuría y los mártires de El Salvador - Héctor Hugo Boleso

Ignacio Ellacuría y los mártires de El Salvador

Héctor Hugo Boleso

“El dicho evangélico de que la verdad los hará libres tiene singular aplicación a la filosofía: es la búsqueda y el anuncio de la verdad, frente a lo que la impide, lo que traerá a los hombres y a los pueblos la libertad. Una verdad operativa, pero una verdad. Es cierto que nuestros pueblos necesitan de una transformación, pero de una transformación llena de verdad; de lo contrario no vamos a la liberación del hombre sino a su alineación.

La filosofía como búsqueda de la plenitud de la verdad, esto es, no a la manera de ausencia de error, sino de la presencia plena de la realidad, es así un elemento integral en la liberación de nuestros pueblos. Cuando estos pueblos cuenten con la posibilidad real de pensar por sí mismos en todos los órdenes del pensamiento, es que ya  van camino de la libertad y de la posesión plena de sí mismos. He ahí el para qué de la filosofía” (Ellacuría, Ignacio: Filosofía, ¿para qué?).


VERDAD. VIOLENCIA. MEMORIA

El 16 de noviembre de 1989, Ignacio Ellacuría fue asesinado en El Salvador. En Verdad, Violencia y Prácticas Sociales de exterminio en América Latina1., nos propusimos llamar la atención sobre el hecho que, en numerosos países latinoamericanos, se implementó un dispositivo desaparecedor y de exterminio, destinado a destruir y reorganizar las relaciones sociales. El marco ideológico de tales prácticas, fue –en muchos casos- la Doctrina de la Seguridad Nacional. El Terrorismo de Estado, tuvo como objetivo la destrucción de un tipo de relaciones sociales, generando otros modos de articulación entre los miembros de la sociedad.

De ahí que, debamos dar un valor central a la memoria.

Porque, las víctimas no pueden caer en el olvido. Hay un deber de memoria, como señaló Primo Levi en el siglo XX, en su lucha tenaz por la preservación de la memoria en honor de las víctimas, sobre todo en este mundo de rápida mutación 2.

De manera genérica, señalamos que: es un hecho histórico comprobado que, aproximadamente desde 1980 hasta 1991 El Salvador se vió sumido en un conflicto armado interno, durante el cual se configuró el fenómeno de las desapariciones forzadas de personas 3. y el crimen implementado por fuerzas militares o paramilitares.

Entre tantas víctimas, mártires jesuánicos 4., nuestro deber de memoria lo cumplimos hoy recordando a Ignacio Ellacuría. Filósofo y teólogo vasco, naturalizado salvadoreño.

JESUITA. FILOSOFO. TEOLOGO. RECTOR

Ellacuría, cursó el bachillerato en el Colegio de los Jesuitas de Tudela (Navarra). A los 17 años, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Loyola, Santuario y Centro de Estudios cercano a Azpeitia (Guipúzcoa). En 1949 fue enviado a El Salvador al noviciado de Santa Tecla. En 1955 se licenció en Filosofía. Y, entre 1955 y 1958 ejerció de formador de seminaristas diocesanos en el Seminario de San José de la Montaña (San Salvador).

En Innsbruck (Austria), estudió Teología. De 1962 al 1965 realizó los estudios para el doctorado en Madrid, en la Universidad Complutense, bajo la dirección de Xavier Zubiri.

En 1967 regresa a El Salvador para incorporarse a la Universidad Centro Americana (UCA) "José Simeón Cañas" como profesor. La Conferencia de Medellín (IIª Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de 1968) marca también su reflexión y producción teológica orientada hacia la liberación.

Desde 1968 hasta su muerte será miembro del equipo rectoral, denominado "Junta de Directores" de la Universidad de la UCA. Ya en 1969 logra que la UCA asuma la revista de Estudios Centro Americanos (ECA), en la que publica muchos de sus artículos filosóficos, teológicos y políticos. De 1970 a 1973 se hace responsable de la formación de los jóvenes jesuitas de la Provincia Centroamericana, cargo que le lleva a conocer al padre Arrupe, General de los Jesuitas, con quien siempre mantendrá una relación de afinidad.

En 1972 es nombrado Director del Departamento de Filosofía (pues la UCA no tiene Facultad de Filosofía), y en 1973 publica su libro Teología política. En 1974 funda el Centro de Reflexión Teológica en la UCA.

En 1976 es nombrado director de la revista de Estudios Centroamericanos (ECA). La publicación del famoso editorial "A sus órdenes, mi capital", parece que ocasionó la retirada del apoyo económico del Gobierno salvadoreño a la UCA, provocando además una clara violencia paramilitar contra la Universidad, a la que siempre Ignacio Ellacuría quizo autónoma, respecto del poder civil y del poder eclesiástico, sobre todo a partir del año 1979 en el que es nombrado Rector, dos años después del asesinato del P. Rutilio Grande cuando Ellacuría estaba en España. El hecho sacudió espiritual e intelectualmente a la comunidad de los jesuitas y produjo una transformación interior en la persona del arzobispo Oscar Romero. Ellacuría vive su "primer destierro". Desde el 12 de marzo de 1977 todos los jesuitas son amenazados de muerte. Ellacuría volvió a El Salvador en agosto de 1978 5.

PENSAMIENTO LIBERADOR Y PRAXIS HISTÓRICA. FUNDAMENTACION DE LA ETICA

El pensamiento de Ignacio Ellacuría, -dice Mora Galiana- como Rector de la Universidad, desde su filosofía práctica es un referente singular porque, en un contexto social e histórico concreto de América Central, nos revela cómo la       estructura formal de la inteligencia y su función lógica no es tan sólo la de ser comprensión del ser o captación del sentido de las cosas y de la vida, sino la de aprehender la realidad y la de enfrentarse con ella, para comprometerse y transformarla. Ellacuría supo conjugar el análisis político de la realidad salvadoreña y la Teología de la Liberación, el quehacer universitario y la reflexión filosófica, con el compromiso de su vida. De hecho no sólo es un teólogo de la liberación. La realidad de su obra nos revela el pensamiento de un rector de la Universidad Centro Americana (UCA), como filósofo de la liberación 6.

En busca de delimitar el cometido de una filosofía de la liberación, advirtió que si el horizonte de esta filosofía es el horizonte de la historia, y por historia entendemos la praxis histórica, corresponde señalar que la filosofía misma, como cualquier otra forma de teoría, queda también afectada por este horizonte. En otros términos, mientras que la historia como horizonte y como objeto es algo que comparten varias filosofías contemporáneas, hacer de la praxis histórica y, en concreto, de la praxis liberadora su propio punto de partida sería lo propiamente distintivo de la filosofía de la liberación. Por eso señaló Ellacuría que "la filosofía sólo podrá desempeñar su función ideológica crítica y creadora en favor de una eficaz praxis de liberación si se sitúa adecuadamente dentro de esa praxis liberadora" 7.

Otro de sus aportes, han sido sus reflexiones sobre la vida humana como historia, que ha servido –según Dussel- para enriquecer los debates sobre la fundamentación material y formal de la ética 8.

EL GOLPE DE ESTADO

En 1979 se produce un Golpe de Estado de la Junta de Gobierno en El Salvador. Fracasa este intento y se desencadena una cruel violencia y guerra en el país. En 1980, el 24 de marzo, es asesinado el arzobispo Mons. Romero durante la eucaristía. Y, a finales de ese mismo año de 1980, Ellacuría sale de nuevo, esta vez "desterrado" a España, bajo la protección de la Embajada Española.

En el año 1984 publica en España un libro que interpela a la Iglesia institución: Conversión de la Iglesia al Reino de Dios. Con Jon Sobrino funda la Revista Latinoamericana de Teología.

A principios de noviembre de 1989 Ellacuría recibía en Barcelona el Premio de la Fundación Comín, otorgado a la UCA de San Salvador. Mientras, el Gobierno de aquel país temía no poder frenar la presión de la guerrilla en la propia capital de San Salvador.

Ellacuría adelantó su regreso a El Salvador el 13 de noviembre, para intentar mediar una vez más en pro de la paz y la convivencia. Pero, como altavoz de la Teología de la Liberación, dado su prestigio intelectual y su valiente denuncia de la situación del país, como defensor de la liberación del pueblo y de las mayorías populares, se había granjeado la enemistad de algunos sectores financieros y militares que le amenazaron con insistencia para callar su voz.

El 16 de noviembre de 1989 fue asesinado por soldados salvadoreños del propio Ejército Nacional, en la residencia de la Universidad, junto con los jesuitas Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López y López. Fueron también asesinadas Elba Julia Ramos, persona al servicio de la Residencia, y la hija de ésta, Celina, de 15 años. En la actualidad, el cuerpo de Ignacio Ellacuría yace enterrado en la capilla de la UCA 9.

TIEMPO DE VERDAD Y JUSTICIA

Si hablamos de Memoria, no podemos dejar de relacionarla con la Verdad y la Justicia.

En el caso de El Salvador, dice Tojeira: “la verdad no sólo era necesaria en el caso de los jesuitas, sino respecto a los 75.000 muertos que costó, sólo en vidas, el conflicto salvadoreño. La justicia era indispensable para que el futuro de la sociedad no se construyera sobre el olvido, y al final el desprecio, de tanta víctima masacrada únicamente por desear una pequeña parcela de dignidad, justicia y libertad” 10.

Y agrega: “La verdad era tarea urgente en El Salvador. Hacia ella habían dirigido sus esfuerzos los jesuitas de la Universidad, ejecutados por ser testigos de la verdad. Ignacio Ellacuría gustaba repetir que en la Universidad la primera y prioritaria materia de estudio debe ser siempre la realidad nacional. Estaba convencido de que la racionalidad humana y la racionalidad de la realidad, coincidían en la verdad” 11.

La verdad sobre realidades aberrantes sólo es completamente verdad cuando los crímenes cometidos son sometidos a la justicia. La verdad sin la justicia queda renga y corre el peligro de convertirse en hipocresía. Ello colabora para construir una nueva mentira. Por ello, después de tantas atrocidades es imprescindible que se dé lugar a la justicia. Porque la justicia es elemento clave a la hora de dar una reparación a las víctimas.

De ahí que, el ser humano no puede abandonar la lucha por la justicia, mientras mantenga la capacidad de indignación. De otro modo, estará privado no sólo de la felicidad, sino también de la búsqueda del sentido de la vida, aunque tan breve y efímera. Por que si bien, la vida es mucho más cómoda cuando se somete a las peores injusticias y si se olvida de que son injusticias. Es cierto, se vuelve más cómoda, pero también completamente sin sentido. De allí la inevitabilidad del sufrimiento ante la crueldad humana 12.

Es imperativo no abandonar la lucha por la justicia, ni la fé en el Derecho, porque “Todos están sometidos al Derecho, en una sociedad democrática, -tanto los gobernados como los gobernantes-. Nadie está sustraído a la protección del Derecho; están protegidas, y con derecho a reparación, tanto las víctimas de violaciones de derechos humanos como las víctimas de actos terroristas” 13.

Todas las víctimas tienen derecho a las reparaciones por el sufrimiento que padecieron, y todos los agentes perpetradores de actos ilícitos (nacionales e internacionales) deben asumir las consecuencias jurídicas de los ilícitos cometidos 14.

Este breve recordatorio, de Ellacuría, Monseñor Romero, y tantas víctimas de violaciones de derechos humanos en nuestro hemisferio, es cumplir nuestro deber de memoria. Tuvieron todos ellos su tiempo de sufrimiento, prolongado por la impunidad. Luchemos para que ahora tengan su tiempo de justicia.

Para que, después de las tinieblas llegue la luz, en el claroscuro de la frágil existencia humana. La tristeza de pensar en todas las víctimas de la crueldad humana, es en parte compensada por la luz que pasará a alumbrar el camino de las víctimas, si logramos establecer la memoria, la verdad y la justicia.

Corrientes, 30.10.2008

1. Revista Científica del EFT Nº 38, www.eft.org.ar.

2. CorteIDH,  Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú, (Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas), Sentencia de 2 de Agosto de 2008, Voto Razonado de Cancado Trindade Consid. 21, www.corteidh.or.cr.

3. Boleso, Héctor Hugo: Verdad, Violencia y Prácticas Sociales de exterminio en América Latina, Revista Científica del EFT Nº 38, www.eft.org.ar.

4. Sobrino, Jon: América Latina, mártires jesuánicos y pueblo crucificado, Revista Científica del EFT Nº 38, www.eft.org.ar.

5. http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ellacuria

6. Mora Galiana, José: Ignacio Ellacuría. Perfil biográfico. Pensamiento y praxis histórica.

7. González, Antonio: Aproximación a la obra filosófica de Ignacio Ellacuría, www.geocities.com/praxeologia/barceie.html.

8. Dussel, Enrique: Fundamentación de la ética?. La vida humana: de Porfirio Miranda a Ignacio Ellacuría, Andamios, Revista de Investigación Social, diciembre, vol. 4, nº 007, Universidad Autónoma Ciudad de México, México DF, pp- 157-205, http://redalyc.uaemex.mx.

9. http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ellacuria

10.  Tojeira, José María S.J., -Ex provincial jesuita para Centroamérica,  Rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, San Salvador, en Verdad, Justicia, Perdón, EGUZKILORE, Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología, San Sebastián, Nº 11, 1997, página 251 y ss.

11. Tojeira, José María S.J., Ob. Cit.

12. CorteIDH, Caso Ximenes Lopes vs. Brasil, Sentencia de 4 de julio de 2006, Voto Separado de Cançado Trindade, Consid. 14, www.corteidh.or.cr.

13. CorteIDH,  Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú, (Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas), Sentencia de 2 de Agosto de 2008, Voto Razonado de Cancado Trindade Consid. 14, www.corteidh.or.cr.

14. CorteIDH,  Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú, (Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas), Sentencia de 2 de Agosto de 2008, Voto Razonado de Cancado Trindade Consid. 24, www.corteidh.or.cr.

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