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sábado, 30 de noviembre de 2013

Tinkunaco 1.676/13 - Nota y videos - Patota y Barrabravas apalearon a vecinos de Córdoba que se oponen a Monsanto

Insurgente.org


INFORME ESPECIAL: Manifestantes que acampan desde hace dos meses frente al predio donde se construye la planta de la productora transnacional de semillas fueron agredidos por un grupo de personas que llegó en un camión.

Desde la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida acusaron a "una patota de la UOCRA", denunciaron que prendieron fuego el campamento que habían montado en el lugar y que la Policía no intervino.
Al menos 20 personas resultaron heridas. La semana pasada Sofía Gatica, referente de la protesta, recibió amenazas de muerte.
Según denunciaron a distintos medios cordobeses los manifestantes, esta mañana llegó una "patota" de al menos unos 60 desconocidos y atacaron con palos y piedras a los manifestantes en uno de los puestos que bloquea el predio de la localidad de Malvinas Argentinas, a unos 12 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Hubo heridos y graves destrozos.
El ataque se produjo un día después de que el intendente de Río Cuarto, Juan Jure, rechazara por decreto el pedido de Monsanto para instalar un centro de investigación y mejoramiento de soja e híbridos de maíz en esa ciudad.
Esther Quispe, de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, dijo que se trataba de "unos 60 tipos que llegaron en varios camiones, atacaron a pedradas y palos a jóvenes, mujeres y hombres, y provocaron incendios y unos 20 heridos".
 "Hemos sufrido una agresión por parte de agentes que dicen ser delegados de la UOCRA, intentamos sacarles fotos pero se niegan. La gente de Malvinas no hace esas cosas", indicó Quispe.
La dirigente cuestionó también la actitud de la Policía que, dijo, "mira sin hacer nada". "Nos están sacando las carpas y no nos dejan pasar, hay gente sangrando", advirtió.
 "Convocamos a todos los vecinos de Córdoba, les pedimos que se acerquen porque es muy grave que esto vuelva a suceder, la sociedad también es víctima del sistema en el que vivimos", dijeron los manifestantes.
Por su parte Ariel Gutierrez, delegado de la UOCRA en Monsanto, negó los hechos denunciados y dijo que "somos trabajadores y queremos que nos garanticen la fuente laboral". Afirmó también que los disturbios comenzaron cuando dos cuadrillas "intentaban ingresar al predio para desarrollar sus tareas".

¿QUIÉN ES? SOFIA GATICA

Sofía Gatica, referente de las Madres de Barrio Ituzaingó Anexo y una de las principales voces que se alzan en contra de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas, denunció que fue atacada por dos hombres ayer al mediodía, cuando salía de trabajar, en barrio Acosta, de la Capital. El martes último, cuando viajaba de Alta Gracia a Córdoba, un hombre se sentó al lado de ella en el colectivo, le mostró un arma y le dijo: “Vamos a desparramar tus sesos por Malvinas Argentinas”, según relató la mujer.
A pesar de ese episodio, el fiscal Emilio Drazile, que entiende en el caso, no le había ordenado custodia.
Ayer, cerca de las 13.30, Sofía salía de su trabajo, en el Centro de Salud N° 8 ubicado en calle Corrientes y Río Paraná. “Estaba en la parada de colectivos y aparecen dos hombres en una moto, a contramano. Uno se baja, se me tira encima y me empieza a pegar. Me arrastró por el piso, me golpeó el cuello, los brazos las piernas, todo”, contó la mujer. Comenzó a gritar y cuando paró un auto, los atacantes se fueron. No le robaron nada. No le dijeron nada. “Yo tengo miedo. Le pido a Monsanto que me deje en paz”, dijo Sofía horas después.
Gatica realizó la denuncia en la Unidad Judicial N° 10 y el caso recayó en la fiscalía Distrito II Turno 5, a cargo de María Antonia de la Rúa.
El martes pasado, tras ser amenazada, la mujer realizó la denuncia en la Unidad Judicial N° 1, de la Capital, que fue remitida al fiscal José Bringas. Luego, éste la envió a la fiscalía de Drazile, porque el hecho había ocurrido en Alta Gracia. Ese día, Monsanto comunicó que repudiaba cualquier hecho intimidatorio contra Gatica. Ayer, no respondió a este diario sobre el tema.
El miércoles, el abogado Darío Ávila denunció la amenaza en la Justicia federal. “Queríamos custodia federal”, explicó. Pero hasta ayer, no la habían conseguido. Drazile tampoco la había ordenado. Ahora, Gatica tiene custodia provincial.

Dr. Darío Ávila, abogado de las Madres de Ituzaingó, señaló que la activista contra Monsanto sufrió amenazas con un arma de fuego.

VIDEO:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=dzsYuoxujc4
Sofia Gatica denuncia que dos matones le dieron una Paliza

VIDEO
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=gjCrx3pMGfE

Sofía Gatica recibió el "Premio Goldman" por
su trabajo sobre el cáncer y las fumigaciones


  • Es la primera argentina que recibe esta importante distinción internacional. Lo obtiene un referente ambiental por continente.
  • Visionaria. Junto con las Madres de Ituzaingó, Sofía logró que el país tomara conciencia de las graves consecuencias de las fumigaciones.
  • La investigación hecha por las madres de puerta en puerta vinculando la exposición a agrotóxicos con efectos para la salud pública fue corroborada por un estudio hecho por el Departamento de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a pedido del Ministerio de Salud Pública de la Nación.

Córdoba, 16 abril 2012.- Hace trece años, Sofía Gatica, dio a luz una hija. Tres días más tarde, los riñones del bebé dejaron de funcionar.
La madre decidió averiguar lo que había ocasionado su muerte. Sofía comenzó a hablar con sus vecinos de Ituzaingó, un barrio de trabajadores de la ciudad de Córdoba con 6.000 habitantes rodeados por campos de soja, y se alarmó ante la gran cantidad de personas enfermas, muchas de ellas de cáncer, sin hasta entonces una explicación.
Cuando comenzó a averiguar por qué tanta gente de Ituzaingó se moría de cáncer o estaba enferma, Sofía nunca imaginó que hoy, una década después, sería la ganadora nada menos que del Premio Goldman, uno de los galardones más importantes del mundo para luchadores por el medio ambiente junto al Premio Nobel Alternativo y el Premio Global 500 de Naciones Unidas.
Gatica había invitado a un grupo de vecinos a su casa para hablar sobre qué podrían hacer. Con una educación de escuela secundaria y sin experiencia en organización, Gatica colaboró a fundar las “Madres de Ituzaingó”, un grupo de 16 mujeres que desde entonces trabajan juntas para poner fin al uso indiscriminado de agroquímicos que intoxicó a su comunidad.
Sofía y el grupo de madres empezaron a ir de puerta en puerta para hacer el primer estudio epidemiológico de la zona y descubrir los graves efectos que la fumigación con pesticidas y otros agrotóxicos estaba teniendo en las familias de Ituzaingó.
Los vecinos informaron los casos de cáncer, que resultaron ser 41 veces más que el promedio nacional (algunos médicos sospechan que muchos otros casos aún no se denuncian).
También relevaron altas tasas de leucemia, alergias, enfermedades neurológicas y respiratorias, defectos de nacimiento y mortalidad infantil.
A partir de los resultados que confirmaban sus temores –el agua que tomaban de sus tanques estaba contaminada con plaguicidas, y los análisis revelaron tóxicos en la sangre de numerosos niños–, siguieron trabajando para cambiar la realidad del barrio –señala el diario La Voz del Interior.
Mapa del cáncer

Con los resultados de un “mapa del cáncer” y datos fehacientes de la prevalencia excesivamente alta de otras enfermedades, las Madres de Ituzaingó convocaron a organizaciones y profesionales de diferentes zonas del país y así se puso en marcha la campaña “Paren de Fumigar”.
Hicieron conferencias de prensa y demostraciones, y publicaron folletos para advertir al público sobre los peligros de los agrotóxicos.
Gatica también se reunió con instituciones de investigación para solicitar los estudios científicos que evaluaran lo que el grupo de mujeres había descubierto en Ituzaingó.
Gatica y las Madres de Ituzaingó se enfrentaron a un trabajo cuesta arriba, con muy pocos recursos y ningún acceso directo para exigir la rendición de cuentas de las compañías agroquímicas globales que operan en el país.
También soportaron diferentes presiones para que renunciaran a la campaña. A pesar de estos desafíos el trabajo de Sofía y el grupo de madres ha tenido efectos sorprendentes.
En 2008, la presidente de la Argentina ordenó al ministro de Salud investigar el impacto del uso de agroquímicos en Ituzaingó.
El estudio resultante –realizado por el Departamento de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA)– corroboró la investigación hecha por las madres de puerta en puerta vinculando la exposición a agrotóxicos con efectos para la salud pública.
Sofía Gatica es una de las Madres de Ituzaingó cuya lucha expuso en todo el país las consecuencias del uso de plaguicidas –en especial, para la soja– cerca de las zonas urbanas. Lo hizo a pesar de la resistencia de las autoridades de entonces a reconocer que en ese sector de la ciudad de Córdoba algo grave estaba pasando, como demostraron diversos estudios posteriores –señala La Voz del Interior.
Gatica posteriormente logró que una ordenanza municipal prohíba la fumigación aérea en Ituzaingó a una distancia menor a 2.500 metros de las viviendas.
En una victoria sin precedentes, un fallo de 2010 de la Corte Suprema de Justicia no sólo prohibió que se apliquen agrotóxicos cerca de zonas pobladas, sino que también invirtió la carga de la prueba: en lugar de que los vecinos tengan que demostrar que las fumigaciones causan daño, el gobierno y los productores de soja ahora tienen que probar que los productos químicos que usan son seguros.
Otros municipios en la Argentina han llegado a Gatica en busca de ayuda frente a problemas similares en sus vecindarios.
Reconociendo la magnitud del problema, Sofía está trabajando con la campaña “Paren de Fumigar” para prohibir todas las fumigaciones aéreas en la Argentina y crear zonas de amortiguamiento para que no se utilicen agroquímicos en las proximidades de zonas pobladas y cuerpos de agua.
“Paren de Fumigar”

Argentina es el tercer mayor exportador mundial de soja. Cada año, para mantener este monocultivo se desparraman casi 300 millones de litros de agrotóxicos.
Las sustancias activas de las mezclas usadas para fumigar contienen principalmente glifosato –ingrediente dominante en los herbicidas– y endosulfán, un pesticida que según expertos de las Naciones Unidas debe prohibirse en todo el mundo.
La prohibición del endosulfán en Argentina entraría en vigor en julio de 2013.
Recientemente investigadores de la Universidad de Río Cuarto, Córdoba, plantearon su preocupación ante las consecuencias para la salud y el ambiente que acarrean los monocultivos “tóxico-dependientes”. En 2011, indicaron, ya se habían superado las 17 millones de hectáreas sembradas con soja en Argentina. La cifra representa cerca del 65% de la superficie total cultivada del país.
Si bien los fabricantes afirman que no hay riesgo para los seres humanos, en un estudio de 2008 científicos descubrieron que incluso en bajas concentraciones, el glifosato provoca la muerte de embriones humanos y de células de la placenta y del cordón umbilical.
Por su parte el endosulfán es un disruptor endocrino altamente tóxico que ha sido prohibido en 80 países, incluidos los de la Unión Europea, a causa de las amenazas para la salud humana y el ambiente.
En mayo de 2011, se añadió a la lista de la ONU de los “contaminantes orgánicos persistentes” que deben dejar de ser producidos y comercializados.
La campaña “Paren de fumigar”, es un colectivo nacional de organizaciones que plantea la necesidad urgente de prohibir la aplicación aérea de agroquímicos, la separación de las áreas urbanas de las fumigaciones terrestres y la reconversión de los cultivos a la agroecología.
A comienzos de junio se inició un juicio inédito que sienta en el banquillo a dos productores y a un aeroaplicador cordobeses, acusados de haber violado las restricciones para fumigar en una zona urbana, concretamente en Ituzaingó Anexo.
 Es el primer proceso judicial de este tipo en Argentina, y tiene a Sofía Gatica y las Madres de Ituzaingó entre los principales protagonistas.

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